Os presentamos este post sobre la diástasis abdominal, un trastorno muy frecuente en mujeres tras el embarazo...qué es, en qué afecta y cómo atajar el problema.
¿QUÉ ES LA DIÁSTASIS DE LOS RECTOS?
La distensión del abdomen es normal en las mujeres embarazdas durante la segunda mitad del embarazo. Causada por la expasión del útero y el efecto de la hormona relaxina, en algunos casos puede darse una separación excesiva de los músculos abdominales, llamada diástasis de los rectos.
Durante el embarazo el volumen del abdomen aumenta y los músculos de éste se estiran, lo cual hace que la membrana fibrosa que une los abdominales se separe. Hay que diferenciar dos tipos de diástasis abdominal: la diástasis funcional, en la cual no hay rotura de las estructuras y la diástasis anatómica, en la cual la estructura fibrosa que une los abdominales se rompe, perimitiendo que las vísceras protruyan, salgan hacia fuera, especialmente en los esfuerzos.
¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE?
Los músculos abdominales despempeñan un papel imprescindible de faja lumbar, tanto en la estabilización de la columna como en el mantenimiento de la correcta posición de las vísceras abdominales. De este modo, entre las consecuencias más importantes se encuentran las siguientes:
- Dolor lumbar o pélvico
- Tendencia a la ptosis visceral (caída visceral)
- Hernia umbilical
¿CÓMO SABER SI TENGO DIÁSTASIS DE LOS RECTOS?
Se manifiesta por un hundimiento a lo largo de la línea media del abdomen. Para detectar una diástasis de los rectos:
1. Acuéstese boca arriba y coloque sus dedos perpendiculares al cuerpo sobre la línea media por encima del ombligo.
2. Realice una pequeña flexión de tronco, levantando la cabeza y los hombros.
3. Si existe una diástasis, se pueden introducir los dedos en el espacio creado entre ambos músculos rectos del abdomen.
4. Repita el proceso anterior en la zona por debajo el ombligo para comprobar la amplitud de la diástasis.
¿CÓMO PREVENIR O TRATAR LA DIÁSTASIS?
Antes del embarazo:
Es conveniente asegurar el buen funcionamiento del músculo transverso del abdomen y del llamado "suelo pélvico" mediante ejercicios. Dichos ejercicios deben hacerse correctamente para obtener el efecto deseado y, por tanto, se recomienda consultar a un fisioterapeuta para garantizar su correcto desarrollo.
Durante el embarazo:
- Evitar esfuerzos abdominales, como levantarse de la cama bruscamente. Es recomendable, antes de levantarse, doblar las rodillas y girar hacia una lado
- Realizar ejercicios suaves tales como la natación.
- Realizar ejercicios de Kegel, los cuales además de preparar el cuerpo para el parto, también colaboran en el mantenimiento de los músculos abdominales.
Tras el nacimiento:
Transcurridos algunos días y según el tipo de nacimiento, ya sea parto natural con o sin ayudas o por cesárea, se pueden comenzar los ejercicios de fortalecimiento de la musculatura transversa del abdomen. Es importante recalcar que no es conveniente realizar abdominales clásicos en este período, siendo más recomendable un trabajo hipopresivo. Siguiendo el mismo criterio y para recuperar el estado previo de la musculatura del suelo pélvico, se aconseja practicar ejercicios de Kegel de manera individual. En caso de que sea necesario y en una fase inicial, su fisioterapeuta o su matrona pueden ayudarle.
GIMNASIA ABDOMINAL HIPOPRESIVA
A continuación les mostramos dos ejercicios que se pueden realizar en casa. Siempre hay que tener en cuenta que es conveniente la orientación y los consejos especializados de un fisioterapeuta en estos casos.
- Ejercicio Venus:
De pie, colocar los pies separados el mismo ancho que las caderas. Realizar una ligera flexión de rodillas y mantener la espalda recta. Debemos intentar mantener la barbilla ligeramente metida hacia el pecho y la cabeza recta, estirando la columna longitudinalmente hacia el techo, como si quisiéramos crecer. Colocar las manos mirando hacia atrás y separadas ligermente del cuerpo, manteniendo los codos estirados. En esta posición, bascular el peso del cuerpo hacia delante hasta sentir el apoyo sobre los metatarsianos. Realizar entonces tres respiraciones diafragmáticas hinchando la tripa durante 2 segundos y vaciando completamente durante 4 segundos. Tras la tercera exhalación, mantener una apnea espiratoria y expandir la caja torácica al mismo tiempo durante 5-10 segundos. Repetir este gesto tres veces manteniendo, en la medida de lo posible, la posición de apertura costal.
- Ejercicio Artemisa:
Partiendo de la misma posición de piernas ir flexionando la columna desde la cabeza hacia la pelvis y apoyar las manos sobre los muslos manteniendo los codos hacia fuera, con las rodillas ligeramente flexionadas. Bascular el peso del cuerpo hacia delante e intentar adelantar la cabeza, siempre manteniendo la mirada hacia el ombligo. Realizar entonces tres respiraciones, tomando aire durante 2 segundos y expulsándolo durante 4 segundos, expandiendo la caja torácica tras la tercera exhalación en fase de apnea espiratoria. Repetir el proceso tres veces manteniendo, en la medida de lo posible, la posición de apertura costal.
Siguiendo estos consejos y ejercicios podéis evitar o tratar la diástasis abodominal, además de aportar otros muchos beneficios a vuestro cuerpo. Esperamos que os sea de ayuda. Si tenéis preguntas, no dudéis en hablar con vuestro fisioterapeuta.
Hasta el próximo post.
Fisio GARGON